Método de aprendizaje

Kids&Us no concibe otra forma de transmitir el inglés a los niños que no sea a través de juegos, canciones y actividades estimulantes para cada grupo de edad.

Todas las actividades que se llevan a cabo en clase tienen una finalidad comunicativa y están pensadas para ir consolidando y ampliando los contenidos y objetivos de cada curso. En nuestro método no se hace nada porque sí; ¡todo tiene su razón de ser!

Nuestro método pretende que, desde el primer día, los niños:

• Aprendan de forma natural, aprovechando sus recursos innatos.
• Tengan un contacto con el idioma tal cual es desde el primer día, sin adaptaciones ni omisiones, con el fin de que lleven a cabo un aprendizaje global.
• Interioricen la gramática elemental del inglés de forma natural y espontánea.
• Sean capaces de comunicarse.
• Tengan una buena pronunciación.
• Desarrollen una buena comprensión oral, a pesar de no entender palabra por palabra.
• Encuentren más sencillo el aprendizaje del inglés en general.

Kids&Us no distingue niveles de inglés, de la misma forma que no hay niveles en la adquisición de la lengua materna. No tendría ningún sentido que cuando hablamos en nuestro idioma con nuestro hijo de un año pensáramos: «Solo tiene un año, por lo que le voy a hablar sin utilizar ningún verbo, y si lo hago solo emplearé el presente». ¿Cuál sería el resultado en este caso? Los niños y las niñas a los tres años de edad no serían tan competentes como lo son a esa edad en su idioma, y se expresarían con un lenguaje limitado y precario. Si esto es aplicable a nuestra lengua materna y aspiramos a que nuestros hijos dominen un segundo idioma, ¿por qué deberíamos hacerlo de otra forma con el inglés?

Hasta los dos años los niños y niñas asisten a clases de 45 minutos, un día a la semana. Desde los tres años y hasta que empiezan a leer y a escribir, vienen un día, una hora a la semana, y el primer año que introducimos la lectoescritura, las clases pasan a durar una hora y media. A partir de este momento, los estudiantes vienen a clase dos días a la semana y las clases tienen una hora de duración, primero, y una hora y media, más adelante.

Creemos que una exposición continua al idioma es fundamental para el aprendizaje. La escucha repetida de una pista de audio concreta hace que los niños y las niñas vayan grabando en su cerebro un gran número de palabras y estructuras, de forma que en el momento en que las oyen o las trabajan en clase, las pueden identificar y reproducir con mucha más facilidad que si no las hubieran escuchado antes. No es necesario mencionar, en este punto, la importancia de la audición; con ella, el oído se acostumbra a la comprensión y la pronunciación del inglés.

La pista correspondiente al contenido que se trabaja en clase tiene una duración aproximada de diez minutos, y puede escucharse a cualquier hora y realizando cualquier actividad, siempre y cuando no sea ver la televisión. En este sentido, es importante encontrar un momento para la escucha que se repita a diario, para integrar este hábito como una rutina más (durante el desayuno, antes de acostarse, etc.).

El método pierde efectividad si no se escucha la pista de audio correspondiente. Además, las clases están pensadas para llevar a cabo actividades en las que los niños y niñas ya están familiarizados con el lenguaje que se trabaja, por lo que si alguien no escucha nunca el audio es fácil que se sienta perdido a lo largo de la clase y, como consecuencia, pierda motivación.

No, no es necesario. Solo deben asegurarse de que los niños escuchan el audio cada día.

En Kids&Us no enseñamos lo mismo que en el colegio, pues la metodología no tiene nada que ver. Nuestro método se basa en una inmersión lingüística total y un aprendizaje global del idioma, con lo que las estructuras gramaticales y los contenidos de vocabulario no se aprenden de forma aislada, sino en contexto. Además, aprovechamos el hecho de trabajar con grupos reducidos para fomentar y dar más oportunidad a la expresión e interacción oral.

Hemos comprobado que la lectoescritura en inglés se lleva a cabo con mucho más éxito y de forma menos pesada si el niño, antes de empezar a escribir, ha tenido un input oral muy rico. De hecho, con nuestra lengua materna no empezamos a hablar, leer y escribir simultáneamente, sino que primero aprendemos la lengua y posteriormente aprendemos a leerla y a escribirla. Por ello, creemos que es más natural y fructífero potenciar la comprensión y la expresión oral durante los primeros años de aprendizaje del inglés e introducir la lectoescritura más adelante.